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Idioma Abipon
Noticias de los indios abipones según Barcena, Techo, Lozano, etc. Desde la conquista hasta nuestros días
Capítulo V
Los Abipones según Jolis
El P. Jolis fue doctrinero de las reducciones del Chaco entre los Vilelas, el año 1767, y publicó su obra el año 1789, cinco años después de la de Dobrizhoffer.
Los apuntes que se reproducen en seguida se hallarán en el Libro VI, artículo 8; por si alguno tiene la suerte de poseer esta preciosa y rarísima obra.
En primer lugar, confirma Jolis la noticia que Frentones son todos aquellos que producen calvicie artificial en la parte anterior de la cabeza, é incluye entre ellos á las naciones Mogosnas, Chisoquinas, Naticas. Tobas, Mocovíes, Yapitalagas y Abiponas, de las que ya en su tiempo parece que habían desaparecido las tres primeras.
Los Abipones se dividían en tres tribus Naquetaget (del bosque), Rigagé (del campo), Yaochaniga (del agua). Tan numerosos eran, que uno de sus pueblos que se hallaba en las inmediaciones de la destruida ciudad de la Concepción contaba con más de 8000 almas. Jolis cree que en su tiempo la nación entera, inclusive las reducciones de San Jerónimo, del Rosario del Timbó y de San Fernando y San Regis, no alcanzaba á esa cifra.
Según este autor la extinción de estos indios se debía no tanto al mal tratamiento de los encomenderos, como que no los tenían, sino más bien á las pestes y á sus guerras continuas y exterminadoras. De las primeras se cuentan cuatro terribles 1590, 1591, 1616 y 1718.
En cuanto á su estatura, excede aun á la de los europeos. Son fieros y esforzados y muchas veces tuvieron apuradas á las ciudades de Santiago del Estero, Corrientes y Santa Fe.
El año 1747-48 fueron sometidos estos indios y colocados en las reducciones antedichas y desde entonces dejaron de ser una amenaza para los pueblos de españoles.
La costumbre de martirizarse con huesos agudos y espinas y usar el barbote ó tembetá parece que se estaba dejando ya en tiempo de Jolis, y critica este autor la noticia de que criaban sólo dos hijos y daban muerte á los demás; mas como él mismo dice, muchas otras costumbres que les atribuyen Lozano, Charlevoix y Techo, si es que las tuvieron en la antigüedad, ya las habían dejado en tiempo del más moderno autor, quien no se contenta con la negación general sino que entra á especificar; pues asegura que ni se perforan con plumas de avestruz, ni se hace obligatorio cometer un homicidio para poder dejarse criar la cabellera. No todos los de la tribu mudan de nombre cuando se les muere el Cacique, sino los parientes, etc., etc.
Se ve que estos eran Abipones degenerados, que con su gentilismo habían dejado también mucho de lo que antes los distinguiera, al decir de los dos escritores de los anteriores siglos.
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