Historia Otomí

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Los otomíes tienen raíces profundas en Mesoamérica y desempeñaron un papel fundamental en el florecimiento de sus culturas, desde el surgimiento de las primeras aldeas hasta nuestros días.

En el momento de la Conquista había numerosos señoríos otomíes interactuando con los demás centros de poder, y había barrios otomíes en buena parte de los señoríos plurilingües. Las fronteras políticas rara vez coincidían con las fronteras lingüísticas; los hablantes del otomí se dividían entre los principales bloques de poder que disputaban los excedentes económicos de la región.

El concepto de una “Nación Otomí” en tiempos históricos tiene poco fundamento; lo que había era un grupo lingüístico, políticamente y culturalmente integrado con sus vecinos.

Breve reseña histórica:

5000 a. C.

Hay consenso que hacia el 5.000 a. C. grupos otomíes habitaban en Mesoamérica, para algunos autores la etnia más antigua en el centro de México.

3500 a. C.

En la medida que comienzan a dominar la agricultura, inician su expansión geográfica, diferentes grupos empiezan a separarse surgiendo variaciones lingüísticas.

1200 a. C.
-
600 a. C.

Se consolidan las primeras sociedades complejas. La ausencia de otras cadenas lingüísticas en la región supone que los otomíes formaban la base demográfica en los valles de México, Toluca, el Mezquital y probablemente sectores Morelos, Puebla y Tlaxcala.

150 d. C.
-
650
Aunque su grandeza y hegemonía comenzó a forjarse varios siglos antes, entre los años 150 a. C. y 650 d. C. Teotihuacan fue el centro más importante de Mesoamérica, una ciudad formada por pobladores de filiaciones étnicas diferentes, donde la mayoría era otomí. Con su caída, y una gran migración de pueblos de lengua náhuatl al centro de México, los otomíes se desplazaron hacia Tlaxcala y la Sierra Madre Oriental.
900 Toltecas llegan al sur del actual estado de Hidalgo, se asientan en el pueblo otomí de Mähñem’ì y fundan Tula, "Lugar de tules o juncos" que se convertiría entre los siglos X y XII en el centro de mayor poder político de Mesoamérica. Tula absorbió buena parte de la población del Mezquital y la Cuenca de México, a la vez que llegaron inmigrantes desde el noroeste, los toltecas incorporaron elementos de otras culturas y sentaron las pautas de gobierno, economía y religión que habrían de seguir la región hasta la conquista española.
1220 Después del colapso de Tula, que coincide con el arribo de los "Chichimecas de Xólotl", surgió un mosaico de asentamientos en el Centro de México, con múltiples señoríos que rivalizaban por el control del tributo y el comercio. Grupos otomíes se adentraron en el valle de México y fundaron la ciudad-estado de Xaltocan en una isla en el centro del lago del mismo nombre, parte del sistema lacustre al noroeste del mencionado valle. Se iniciaba el apogeo de la cultura otomí.

Xaltocan fue atravesada por la Peregrinación de los Mexicas a mediados del siglo XIII en su marcha hacia Tenochtitlan. En el siglo XIV la hegemonía otomí declinó rápidamente y los pueblos gobernados desde Xalcotan estuvieron expuestos a un siglo de guerra devastadora, en parte emprendida por los mexicas y en parte por Cuauhtitlan. El derrumbe final se produjo en 1395.

Algunos huyeron a Tecamac en la orilla oriental del Lago Xaltocan, los textos coloniales sostienen que los refugiados de Xaltocan fueron recibidos amistosamente por los acolhuas que recibieron tierras en Otumba (Otompan, lugar de los otomíes). Muchos se exiliaron fuera del valle en Tlaxcala, Tutotepec y Meztitlán donde se dirigió Tzompantzin, el Señor de Xaltocan.

1379 Xilotepec, en el actual estado de México, que había alcanzado el máximo grado de desarrollo político, superior a todos los grupos otomíes, es conquistado por los aztecas gobernados por Acamapichtli en 1379, logran independizarse y son invadidos nuevamente por Axayacatl, en 1487 Ahuízotl logra su dominio definitivo.

Entre los pueblos sujetos al Señorío de Xilotepec figuraban: Acaxochitla, Michmaloayan, Tecocauhtla, Tepetitlan, Soyaniquilpan, Tlacho, Atlán, Huichapan, Nopala, Timalpan, Zimapán, Tecolutla, Techalitla y Chipantongo.

Leer Códice de Jilotepec Link
1427 Caída de Azcapotzalco. El estado tepaneca en la cuenca de México se había expandido hacia el occidente, ocupando territorios de pueblos otomíes que desplazados cayeron en la órbita de poder de los nahuas. Para enfrentar la política opresora de Azcapotzalco se formó la Triple Alianza, unión de los pueblos de Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba (Tlacopan) - perduraría hasta la llegada de los españoles -, en 1427 la someten. Alcanzado el dominio del valle, reubican a los otomíes en determinadas regiones para consolidar las áreas conquistadas, esto produce el aumento del elemento nahua entre los otomíes.
1519 En 1519, cuando los españoles llegaron al centro de México, los otomíes eran súbditos del imperio Azteca, al que rendían tributo, excepto en las montañas de Tlaxcala, quienes se hallaban exentos de los tributos a cambio de sus servicios militares en defensa de las zonas fronterizas del territorio confederado y los otomíes libres en el Señorío de Metztitlán, en la Sierra de Hidalgo. Los otomíes formaban parte del ejército tlaxcalteca que inicialmente opuso resistencia a Hernán Cortés para aliarse luego frente a un enemigo común: el imperio Azteca.
1520 El 30 de junio de 1520 el ejército de Cortés huye de Tenochtitlan en el episodio conocido como la "Noche Triste". Los otomíes del pueblo de Teocalhueyacan, creyendo ganar su libertad al hacer una alianza con los nuevos invasores, les suministran víveres y ofrecen refugio. A instancias de este grupo de otomíes, Cortés atacó por sorpresa y masacró a los nahuas de Calacoaya el 2 de julio de 1520, aliados de la Triple Alianza y enemigos de los otomíes. Luego los españoles partieron hacia el territorio aliado de Tlaxcala; en su camino se enfrentaron nuevamente con los mexicas en la Batalla de Otumba, resultan victoriosos con la ayuda de los otomíes, tanto de Tlaxcala como de Teocalhueyacan.

Los otomíes fueron importantes para la derrota definitiva de los Aztecas. A principios de la Conquista, la colonización del norte había sido ante todo un hecho indígena, un esfuerzo de los guerreros otomíes.

1530 Misioneros franciscanos realizan las primeras tareas de evangelización, concentrados en Mandenxhí (Xilotepec) y Mähñem’ì (Tula) realizan sus labores hasta 1541. Serán reemplazados por los agustinos.
1531 Luchando con los españoles, los otomíes colonizaron áreas de Querétaro y Guanajuato habitadas por chichimecas nómadas. Nicolás de San Luis Montañez al frente de un numeroso ejército llega a Ixtachichi Mecapan ("Tierra Blanca de Chichimecas"), villa otomí liderada por el cacique Juan Mexici, quien acepta de buena gana someterse a la Corona de España. Era el día de San Juan Bautista, y en su honor pusieron el nombre de San Juan del Río (en el estado de Querétaro, México) a la población.

El 25 de julio de 1531 españoles en alianza con el otomí Conín cacique de Jilotepec funda la ciudad de Santiago de Querétaro.

Estatua de Conín localizada en la entrada de Santiago de Querétaro.

1540 Todas las comunidades otomíes del Valle del Mezquital y la Barranca de Meztitlán habían sido repartidas en encomiendas. Posteriormente, al modificarse la legislación española, aparecieron las llamadas Repúblicas de Indios, sistemas de organización política que permitieron cierta autonomía de las comunidades otomíes con respecto a las poblaciones hispano-mestizas. La creación de estas Repúblicas de Indios, el fortalecimiento de los cabildos indígenas y el reconocimiento de la posesión de las tierras comunales por parte del Estado español fueron elementos que permitieron a los otomíes conservar su lengua y, hasta cierto punto, su cultura indígena. Sin embargo, especialmente en lo que respecta a la posesión de la tierra, las comunidades indígenas padecieron despojos a lo largo de los tres siglos de colonización española.
1548 La orden de los agustinos aprobó la creación de los monasterios San Miguel Arcángel (Ixmiquilpan) y San Nicolás de Tolentino (Actopan) en el actual estado de Hidalgo. En el primero destaca el mural que presenta una escena de la guerra sagrada en la que participaron los otomíes enmarcada en elementos relacionados con la mitología cristiana.

Guerrero. Detalle del mural de Ixmiquilpan.

Con la cristianización de los otomíes se profundiza la adaptación de las formas de organización política europeas, que dieron origen a la organización de las comunidades indígenas en mayordomías, que, en casos como el de los otomíes de Ixtenco (Tlaxcala) constituyen uno de los pocos elementos de identidad étnica que aún conservan.

1810 Durante la Guerra de la Independencia de México (1810-1821), los otomíes se unieron a los independentistas, es esos momentos estaban virtualmente esclavizados y tenían la esperanza de recuperar su libertad y sus tierras. Lograda la Independencia, la tierra se le otorgó a descendientes de españoles y los otomíes continuaron sometidos a sistemas de explotación económica.