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Anchimallén
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Suelen presentarse como “esferas de fuego”, las cuales en el día se pueden ver sin brillar, característica que sólo revelan por la noche. A veces pelean entre ellos, el la oscuridad se puede observar como bolas de fuego vuelan a pocos metros del suelo chocando entre sí, liberando chispas.
Emiten un sonido similar al de un bebé, y si alguien lo viera de muy cerca, el anchimallén utilizaría su luz para confundir y desorientar, dejando aturdida momentáneamente a la persona, con problemas de visión o ciega.
El Anchimallén se alimenta con leche, sangre o miel, siendo su principal misión la de proteger y obedecer a su dueño, haciendo el bien o el mal según los deseos de quien lo controla.
Es benéfico si fue criado por los mapuches para cuidar sus animales o sus bienes, defendiendo valientemente lo que cuida cuando alguien trata de robar lo que se le encomendó vigilar. Debe ser dado de generación en generación para atraer riquezas y fortunas. Cuando aparece de color rojo indica la muerte de un gran personaje.
Como ser maléfico, es creado por un calcu (brujo) a partir de una niña o un niño que murió de una forma repentina. Después de la sepultura, a partir de sus huesos es vuelta a la vida por el calcu y alimentada con sangre humana. En este caso actúa como un mensajero dañino que causa enfermedades y muerte.
![]() Ilustración de Gabriela Varela |