Mujer Caníbal: NesóGe (Pilagá) - NsoGoi (Toba).

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NesóGe entre los Pilagá, NsoGoi entre los Toba.
Mujer Caníbal

Este dibujo fue obtenido de un miembro Pilagá a pedido de los investigadores1 que realizaron un trabajo de campo entre grupos lingüísticos guaycurú de la provincia de Formosa -Pilagás y Toba Taksek- solicitando representen personajes, escenas míticas, cosmológicas, etc.

Se advierten sus poderosas garras, la larga cabellera y la desproporción de su abdomen producto de la ingestión compulsiva de sus congéneres; estos atributos permiten identificarla claramente.

La línea que aparece en su rostro indica los tatuajes con que se diferenciaban las tribus. La inclusión de la mano detrás de la figura, además de poseer una función artística, es un símbolo axial que condensa los campos semánticos atribuidos al personaje.

Siguiendo a Anatilde Idoyaga Molina, en Shamanismo, Brujería y Poder:

NesóGe en ocasión de acompañar a su marido a cazar cotorras, tras haber violado el tabú que impide a las mujeres en período a consumir carne, comenzó a devorar las aves crudas.

En breve, su transformación fue más radical. En el plano de lo físico se evidenció en le crecimiento de las uñas en forma de garras, el desarrollo de la pilosidad, y de una fuerza y una velocidad excepcionales. En lo que respecta al comportamiento se manifestó en la antropofagia y la pérdida de los vínculos sociales. Fue de este modo que su propio esposo se convirtió en su primera víctima. Éste al comprender la situación trató de huir pero NesóGe lo fagocitó, tras capturarlo fácilmente. Acto que puso en claro la profundidad de la metamorfosis, que implicó el tránsito de la condición de humana a la payak (espíritu del mal).

Al regresar a la aldea trató de confundir a sus hijos, pero estos la descubrieron al encontrar la cabeza del padre en una de sus bolsas. Compelida por su nueva situación, NesóGe no dejaba de cometer antropofagia. Era tan temida como peligrosa por lo que los hombres pidieron auxilio al héroe salvador del grupo, quien valiéndose de un ardid le dio muerte.

Al poco tiempo las cenizas de los pelos pubianos dieron origen a la planta del tabaco.

NesóGe sigue existiendo en el presente. No sólo cede poder a los shamanes sino que también mediante la posesión compele a las mujeres, de quienes se adueña, a repetir los comportamientos que ella protagonizara en le tiempo mítico. Cualquier mujer, con independencia de las intenciones de NesóGe, puede violar la prohibición y reeditar el camino seguido por el personaje. Este hecho posibilita que algunas mujeres hayan sido acusadas de convertirse en NesóGe y por lo tanto incineradas o muertas más discretamente, por tratarse de seres payak.

Relato

Un hombre salió al monte con su mujer para mariscar. La mujer había comido carne aunque estaba con la menstruación.

Cuando llegaron al monte, la mujer quiso buscar cotorras en lo alto de un árbol, el hombre subió a uno donde había un gran nido y le tiró cotorras a su mujer pero ésta las iba devorando crudas, con plumas y todo.

El marido se asustó y le arrojó una cotorra más grande que ya volaba, la mujer corrió tras ella.

El hombre entonces bajó del árbol y se escondió en una cueva tapando la entrada con hojas de chaguar.

Cuando la mujer volvió, con la boca llena de sangre y plumas, buscó a su esposo pero no lo encontró. Entonces comenzó a olfatearlo hasta que lo descubrió en la cueva, lo sacó a los tirones, le cortó la garganta y lo devoró, solamente guardó la cabeza del hombre, la que puso en su llica -bolsita-.

La mujer volvió al poblado y sus hijos salieron a esperarla contentos porque pensaron que su madre traía cotorritas en la bolsa.

La gente del pueblo comía pescado con grasa, la mujer dejó su llica en la choza y fue a buscar agua. El hijo más grande abrió la bolsa de su madre y encontró la cabeza de su padre, comenzó a gritar desesperado y al oír sus gritos la madre volvió y sacando la cabeza del hombre la tiró dentro de la olla donde comían las mujeres.

Todos huyeron de la toldería, la mujer los perseguía y los iba devorando uno a uno. Se había transformado, tenía una. panza muy grande, piernas delgadas, como de pájaro y uñas de oso hormiguero.

El héroe salvador del pueblo -Qaqadelachigi entre los Pilagá, Taanki entre los Toba-, hizo entrar a toda la gente en un yuchán, palo borracho, y les dijo que no debían asomarse.

Estas mujeres caníbales tienen diez corazones, uno en cada dedo, para matarlas hay que cortarles todos los dedos.

Cuando la mujer llegó al yuchán olfateó alrededor y se dio cuenta que la gente estaba allí escondida. Con un dedo abrió un agujero y lastimó a un niño pero al trepar debió introducir sus dedos en el árbol y el héroe aprovechó para cortar las uñas donde estaban los corazones.

La mujer cayó muerta al suelo. La gente todavía tenía miedo y decidieron quemarla. De sus cabellos crecieron plantas de tabaco.

 


Fuentes:

1 Conceptos, categorías e iconografía: El uso de dibujos entre los Pilagá y los Toba Taksek (Chaco Central). Anatilde Idoyaga Molina, Ezequiel Ruiz Moras. RUNA XXI (1994), Pag. 177-205.


Shamanismo, brujería y poder en América Latina. Anatilde Idoyaga Molina. CAEA-CONICET, 2000.


Idoyaga MolinaAnatilde Idoyaga Molina

Antropóloga, doctora en filosofía y letras, docente e investigadora, especialista en mitología.

Directora del Centro Argentino de Etnología Americana. Dirige la Maestría y Doctorado en Cultura y Sociedad del Instituto Universitario Nacional del Arte. Es Investigadora Principal del CONICET y Profesora en el Instituto Universitario Nacional del Arte y en la Universidad de Buenos Aires. Edita las series Scripta Ethnologica y Mitologicas.