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Hombre gliptolítico. Piedras labradas de Ica
La humanidad gliptolítica llegó a la Tierra hace cientos de millones de años para crear genéticamente a los ancestros de la especie humana, y la abandonó antes del impacto de un gran cometa, hace 65 millones de años. El lugar de despegue de las naves de los gliptolíticos habría sido las pampas de Nazca, y el lugar de destino, las Pléyades. Esta humanidad superior dejo su legado intelectual en piedras grabadas, soporte elegido por su capacidad de resistencia al paso del tiempo.
Esas piedras fueron coleccionadas por el Dr. Cabrera, un médico de la ciudad de Ica. En 1966, recibió de un amigo una de las piedras como regalo de cumpleaños para ser usada como pisapapeles, tenía grabada en un lado la figura de un pez que se había extinguido; impresionado comienza una increíble colección.
Tomó contacto con los hermanos Uchuya: Basilio, Jesús y Heliodoro, quienes eran huaqueros y artesanos, ellos le dijeron que luego de una crecida muy importante del río Ica, una ladera de la sierra se había derrumbado, descubriendo varias cuevas donde se las podía encontrar. El emplazamiento preferían mantenerlo en secreto. En poco tiempo le proveyeron de más de cinco mil piedras y convirtió su consultorio en una "biblioteca lítica". Envió unas treinta a su amigo Luis Hoschschild de Alemania, para que le realizaran estudios, Cabrera no especificó el laboratorio, ni mostró los resultados, sólo enfatizó que habían arrojado una datación muy antigua.
Casa - Museo "Dr. Javier Cabrera Darquea"
Basilio Uchuya confeccionando una piedra.
Triceratops montado por un ser de apariencia humana.
Lucha entre un dinosaurio y dos humanos gliptolíticos.
En 1971, después del supuesto análisis de las piedras y reportajes en la prensa, Cabrera logró colocar a la las Piedras de Inca en el foco de atracción de los medios de comunicación peruanos y en pocos meses, él mismo pasó a ser una celebridad mundial. Desde España llegaron a entrevistarlo los investigadores Fernando Jiménez del Oso y Juan José Benítez, y hacia allí envió una de las piedras más voluminosa como regalo a la Reina Sofía que terminó adornando los jardines del Palacio de la Zarzuela en Madrid. Recibió la visita de la reina Silvia de Suecia, y de Suiza llegó Erich Von Daniken para tomarse fotos con Cabrera y las piedras.
Para ese tiempo, el tema se habían transformado en una obsesión para Cabrera, llegó a la conclusión de que le faltaban piedras, dedujo que las piedras estaban organizadas en series temáticas, y que para entender el mensaje en su totalidad había que tener todos los elementos de cada serie. Había que conseguir todas las piedras grabadas existentes. Llegó a tener más de once mil piedras, las ordenó en su casa museo de acuerdo a la serie a la que pertenecían: astronomía, geografía, medicina, botánica, zoología, antropología, etc.
Debido a las increíbles y extravagantes escenas representadas en las piedras, y a las extraordinarias teorías que estas sugerían, los expertos no las tomaron en serio. Cabrera no había documentado la procedencia de sus piedras pues simplemente las compraba a los artesanos de la zona, quienes eran huaqueros.
En 1975, la revista limeña "Mundial" puso en duda las teorías sobre la humanidad gliptolítica, afirmando que las piedras eran fabricadas en los talleres de los artesanos -para ese tiempo se vendían por millares en las calles a los turistas-, incluyendo una nota a Basilio Uchuya donde éste asumía su culpabilidad. Al tiempo se retractaría diciendo que su confesión había sido para evitar se lo acusara de violar las leyes que protegen los restos arqueológicos.
Cirugía craneal
Transplante de corazón realizado por los humanos gliptolíticos.
Mapa de la Tierra en épocas remotas: Hemisferio Occidental
Estegosaurio
Ante tanta polémica, y con el fin de dejar en claro su posición, el Dr. Cabrera publicó, en 1976, su libro "El Mensaje de las Piedras Grabadas de Ica". En este, presentó sus estudios, análisis y conclusiones sobre las piedras grabadas de Ica y se refirió a las declaraciones de los artesanos. Para Cabrera, algunas de las piedras que se vendían en la calle eran auténticas y las otras eran una cortina de humo para mantener en secreto el deposito de la humanidad gliptolítica.
En 1977, la BBC de Londres para un capítulo de la serie "Los senderos de los dioses", envió al investigador Toni Morrison a entrevistar Basilio Uchuya, en Ica. Una vez más, el artesano confesó que él mismo fabricaba las piedras y fue filmado grabando una de ellas con un taladro de dentista. Luego, coció la piedra en un horno con estiércol de vaca. Todo en pocos minutos.
En 1998 comisionado por la revista española "Año Cero", llega a Ica Vicente París, reportea a la artesana Irma de Arcapana, quien lo llevó a la cantera de donde sacaban las piedras y confesó una vez más que eran los artesanos quienes fabricaban las piedras grabadas. Luego, en su taller, Irma le mostró a París, el proceso completo de fabricación de una piedra. Primero se dibujada el diseño en papel, luego se le trazaba con lápiz en la piedra y a continuación se grababa el dibujo usando un pedazo de sierra, esta primera parte del proceso no duraba más de cinco minutos. Finalmente, se sometía la piedra a un proceso de embetunado y quemado. El resultado final, según el reportero, era concluyente: "El resultado fue el esperado: un gliptolito virtualmente idéntico a los de Cabrera. Estaba claro que era posible falsificar un gran número de ellos en poco tiempo."
París no terminó su investigación allí, entrevistó al Dr. Cabrera, le pidió que le mostrase los documentos del supuesto estudio realizado por los laboratorios de Alemania, en el que se afirmaba que las piedras tenían millones de años de antigüedad y una de las piedras de su museo para someterla a nuevos análisis, a todo se negó el aficionado arqueólogo. El periodista contactó entonces a dos argentinos que habían robado una de las piedras del museo del Dr. Cabrera para someterla a estudios de laboratorio. Según París, los resultados de los análisis mostraban que los grabados de la piedra habían sido realizados con instrumentos modernos.
Después no se realizaron más investigaciones serias del tema. El Dr. Cabrera siguió defendiendo la autenticidad de sus piedras, más con el exceso de su obsesión, convencido de un complot para sabotear el descubrimiento arqueológico que le había negado la oportunidad de reescribir la historia, que con la fuerza de la razón. Cabrera murió en el año 2001, las piedras grabadas de Ica pasaron al olvido, los pocos seguidores que defienden su autenticidad siguen convencidos del complot sufrido por Cabrera.
Fuentes:
Las Piedras de Ica son un fraude. Vicente Paris. http://www.fraudesparanormales.com/