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La leyenda de la creación del Maguey
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Los hombres poseían los granos que garantizaban su sustento, pero carecían de otros productos que les proporcionaran placer y gozo. Los dioses acordaron darles algo que los hiciera propensos al canto y al baile.
![]() Composición de Oscar López Guerra. |
Quetzalcoatl decidió que una bebida intoxicante brindaría placer a sus vidas y recordó entonces a Mayahuel, "hermosa joven diosa del maguey", que vivía con su abuela, una Tzintzimitl, demonio celestial de la oscuridad.
En una ocasión, Quetzalcoatl la convenció para que bajase a la tierra para amarse convertidos en las ramas de un árbol bifurcado. Pero cuando su abuela se despertó y no vio a Mayahuel, llamó a otras Tzintzimitlis para que bajasen a la tierra para ayudarle a buscar a su nieta.
Cuando se acercaban el árbol se separó en dos, entonces la abuela, descubriendo a su nieta como una rama, la despedaza y deja los restos para que los devore otra Tzintzimitl. Sin embargo la rama en que se había convertido Quetzacoatl permaneció intacta.
Cuando se alejaron Quetzacoatl tomo los restos de la joven virgen y los enterró. De ello brotó la planta del maguey, de la que se extrae el pulque, usado en las ceremonias como bebida ritual y ofrenda para los dioses.
Así, tras su muerte, Mayahuel se convirtió en diosa.