![]() |
|
Calaveras de cristal
La calavera de la muerte La más famosa y controvertida, en poder de la hija adoptiva del descubridor, también conocida como Calavera del Destino, del Juicio Final, "Max", o Calavera de Mitchell-Hedges, quien la hallara y la describe: "Está hecha de cristal de roca puro y tardó en ser construida unos 150 años. Generación tras generación, todos fueron trabajando durante todos los días de sus vidas frotando con arena un enorme bloque de cristal de roca hasta que apareció por fin la calavera perfecta... Se dice que cuando el sumo sacerdote de los mayas invocaba a la muerte con la ayuda de esta calavera, ésta invariablemente se presentaba." |
Museum of Mankind, del British Museum, Londres
|
![]() Idéntica en el estilo pero de dimensiones menores. Los expertos del Museo afirman que hizo parte de un "Cetro Mágico" Azteca del siglo XIII o XIV DC., y que fue usado para alejar a las serpientes y prever el futuro. Representa a Mictlantecuhtli, el "Dios de la Muerte". Tiene un conducto cavado en forma vertical, por lo cual se supone que se llevaba en el extremo de un bastón, o bien fuera hecho por un grupo cristiano para colocar en ella una Cruz... |
|
Especialmente la calavera con la magnífica bóveda del cráneo es digno receptáculo de la inteligencia que allí se ha asentado. Es lo que más dignifica al hombre; la piel de algunos animales, el plumaje, hasta los huesos del cuerpo pueden ser considerados más bellos que la piel y los huesos del hombre, pero ningún cráneo en la serie zoológica tiene la dignidad y nobleza del cráneo humano. Generaliza la especie, es difícil distinguir los cráneos de las diferentes razas y aun de los dos sexos.
Los mexicanos prefirieron el cristal de roca para tallar esculturas de calaveras, porque con la transparencia y los reflejos parece percibir actividad dentro de la bóveda craneal. Mirando fijamente una de las calaveras de cristal, producen la obsesión que ellas estan contemplándonos con sus ojos brillantes, chispeantes y que con algún esfuerzo seríamos capaces de interpretar sus pensamientos. Acaso, apreciaron en la calavera una lección de verocidad y de ferocidad; pero el intenso resplandor de la luz que la refracción de cristal acumula en algunos sitios de la calavera, hace desdeñar la vida de la carne si podemos gozar de aquella intensidad en los puros huesos.
Las calaveras de cristal, varían en forma, tamaño y tipo. No todas son auténticas, talladas por los mayas y aztecas, constituyen un enigma, ya que su construcción sería técnicamente imposible.
La calavera de Mitchell-Hedges
En la década de 1920, el explorador y aventurero Mitchell-Hedges se encontraba realizando unas excavaciones arqueológicas en las ruinas mayas de Lubaantun ("Lugar de las Piedras Caídas"). El objetivo inicial de la expedición era encontrar pruebas físicas de la existencia de La Atlántida. Su hija Ana relata el hallazgo: "Durante días veíamos algo entre las piedras al recibir los reflejos del sol y no descansamos hasta hacer accesible aquel lugar. Fui yo quién lo rescató, porque mis manos eran más pequeñas que las de los demás, y se lo enseñé a mi padre. Él se resistía a creer en el descubrimiento de aquel cráneo de cristal..."; tres meses después se encontró a unos ocho metros del lugar la mandíbula inferior que articulaba perfectamente.
Los indígenas que acompañaron a Mitchell-Hedges, según sus palabras, aseguraron que el "Cráneo del Destino" tenía más de 3.600 años de antigüedad.
Ana María cuenta: "Los 300 nativos que trabajaron en las excavaciones se arrodillaron y besaron el terreno cuando el objeto fue llevado a la luz, después rogaron y lloraron por dos semanas... Los nativos mayas de la zona la reconocieron al instante como representación del dios de sus antepasados y oraron ante ella."
Características:
|
Dudas
Algunos dicen que tiene poderes místicos derivados de sus orígenes antiguos como símbolo azteca de la muerte. Otros creen que es uno de 13 cráneos de cristal que indicarán el destino de la humanidad cuando estén reunidos en un mismo lugar.
Un análisis detallado de la superficie del cráneo ha revelado que fue cortado y pulido con un tipo de rueda giratoria común en las casas de joyería de la Europa del siglo XIX pero ausente en América precolombina.
Los historiadores y los científicos creen que el cráneo fue cortado de un pedazo del cristal de roca brasileño por un lapidario de Europa, posiblemente Alemania, y después vendido a los coleccionistas como reliquia de la antigua civilización azteca de México.
Según el profesor Ian Freestone de la Universidad de Gales en Cardiff y jefe de investigación científica en el Museo Británico en Londres: "No estamos absolutamente seguros que hay una fuente de roca en México que pudiera producir un cristal de roca de este tamaño. Hay fuerte evidencia circunstancial fuerte de que proviene del Brasil...Cuando usted ve los cristales genuinos de roca azteca, tienen un pulido mucho más suave. Esta lo tiene áspero, el pulido se parece al que se consigue con un equipo moderno"
Científicos tomaron las impresiones del cráneo con la misma resina flexible usada por los dentistas para tomar impresiones exactas de dientes. Esto reveló diminutas rasguños y marcas rotatorias alrededor de los huecos oculares, de los dientes y del cráneo, lo que era una clara evidencia de que la escultura había sido cortada y pulida con un instrumento rotatorio, que aparentemente no poseían los mesoamericanos: "La evidencia reunida sugiere que es más reciente. Para mí el caso está de forma aplastante en contra de que sea más antigua, de origen azteca", dijo el profesor Freestone.
La archivista, Jane Walsh del Smithsonian Institution en Washington, pone en duda las calaveras de cristal más desarrolladas; señala como sospechoso a Eugene Boban, coleccionista de artefactos precolombinos del siglo XIX que parece haber sido el vendedor de por lo menos dos cráneos de cristal supuestamente antiguos.
Boban era un ciudadano francés que pasó más de dos décadas de su vida en México. Los documentos descubiertos por la doctora Walsh revelan que él había adquirido el cráneo que fue vendido eventualmente en 1897 por la joyería Tiffany de Nueva York, al Museo Británico. También encontró que fue Boban quien algunos años antes había intentado vender el mismo cráneo al Smithsonian. Y fue Boban quien vendió un cráneo de cristal similar a un coleccionista que más adelante lo donó al Musée de l'Homme en París, donde actualmente se exhibe.
Fuentes:
Arte Precolombino, Mexicano y Maya. Historia General del Arte. José Pujoán. Espasa Calpe. 2.004.
http://www.bibliotecapleyades.net
http://digital.el-esceptico.org/