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Tzotziles: Religión y Cosmología
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Tomado del trabajo realizado por William R. Holland en el municipio de Larráinzar, Chiapas.(1)
La religión y cosmología tzotzil era esencialmente la de sus ancestros mayas. El mundo, plano, tiene cuatro esquinas. El sol se levanta sobre la tierra y sigue un sendero cargado de flores desde el este hasta el oeste, durante la noche pasa por abajo de la tierra para prepararse a repetir el camino al día siguiente. Los cielos tienen trece capas horizontales, los dioses más poderosos se hallan en las más altas.
Los dioses son dualísticos capaces de hacer tanto el bien como el mal, hay cuatro categorías:
Mundo superior |
El sol, la luna y los señores de los treces niveles del cielo. |
Tierra | Son los chauk. Dioses de la fertilidad asociados con el viento, la lluvia, el agua y la vida silvestre. Presentes en las cuevas y los ojos de agua. |
Mundo inferior |
Los pukuj, patrones de la muerte. Muy temidos, andan errantes por la noche sembrando el infortunio, las enfermedades y la muerte. |
Del linaje y los ancestros |
Los totil me'iletik, animales guardianes que corresponden a los más poderosos e importantes miembros de la comunidad. |
Después de la conquista, los tzotziles rápidamente fueron convertidos al catolicismo. Los españoles sustituyeron las esferas más elevadas de la teocracia indiana por los sacerdotes católicos y el templo moderno y el edificio municipal reemplazaron las pirámides y las estructuras políticas de los centros ceremoniales.
El santoral católico sustituyó a los dioses propios, así las fiestas celebradas en Larráinzar son todas de santos católicos.
Los dioses del mundo superior han sido asociados con Jesucristo, la Virgen María y los santos católicos. Los dioses de la tierra (chauk) son confundidos con los ángeles.
Informalmente subsisten los sacerdotes curanderos que ejercen en las viviendas nativas.
Pese a ser nominalmente católicos, su actual religión y cosmología son esencialmente las de sus ancestros mayas con sustituciones de nombres y símbolos católicos:
El espíritu y el animal guardián
Ch'ulel (el espíritu) es la fuerza vital del ser humano dentro de la cual expresa la esencia de su carácter y personalidad. La relación entre el cuerpo y el espíritu es dinámica e interdependiente, las cosas que afectan al cuerpo influyen sobre el espíritu y viceversa (Figura 1).
El cuerpo persiste mientras el individuo vive; el espíritu existe antes que la persona nazca y después de que muere, en ambos casos liberado de sus confines corporales.
Cuando una persona nace, un animal lo hace simultáneamente en las montañas. Los dos estarán intima e inseparablemente unidos durante toda la vida, el individuo y su animal guardián (wayijel) comparten el mismo espíritu (ch'ulel). La relación es recíproca, si el animal guardián se encuentra bien, lo mismo estará la persona, si uno u otro fuese dañado, o se enfermase, su correspondiente sufrirá la misma experiencia en el mismo momento (Figura 2).
Solamente los animales de cinco dedos pueden ser animales guardianes. Si el animal cayera como pieza de caza, el cazador da por hecho que se trata de un wayijel y que su correspondiente humano ha muerto en el mismo momento con una herida similar.
El mundo de los espíritus
Los animales guardianes tienen su dominio en las más altas y remotas montañas, son las llamadas ch'iebal (montañas sagradas).
En el mundo de los animales guardianes se sigue la misma regla de residencia que entre los tzotziles. Cuando una mujer se casa, su animal guardián deja la montaña sagrada de su linaje paterno para ocupar un lugar en la de su marido. En los casos que el indio se aculturase, cambiara su indumentaria por la del ladino (blanco o mestizo), aprendiera el español y dejara el grupo para radicarse en la comunidad ladina, su animal guardián deja la montaña de su linaje paterno y se va al ch'iebal de los ladinos que está muy lejana y es desconocida para los tzotziles.
El linaje y los dioses ancestrales
Al igual que las relaciones humanas de la sociedad tzotzil, las relaciones sociales del mundo de los espíritus están rígidamente estructuradas a lo largo de las líneas generatrices. Los trece niveles de la ch'iebal (montaña sagrada) corresponden a las generaciones ascendentes del grupo, los individuos de la misma generación tienen sus espíritus guardianes en un mismo nivel.
Aunque la sola edad no basta para alcanzar estatus entre los tzotziles, hay una relación general entre la edad y la posición elevada. Los niveles más altos de la ch'iebal corresponden a los más poderosos animales guardianes (bankilal) los cuales en la mayoría de los casos son los de gente de más edad. Los niveles más bajos están ocupados por los animales guardianes más comunes, que generalmente son los de la gente más joven.
El tzotzil y su animal guardián al nacer toman el lugar más bajo de la ch'iebal, luego madurarán simultáneamente. Si la persona es mediocre en la adultez y no ha desempeñado un papel importante en su su sociedad, esto implica que el animal guardián solo posee cualidades ordinarias. Generalmente, sin embargo, a medida que el individuo avanza por la vida actúa en funciones más importantes, lo que significa que es acompañado por un animal guardián poderoso e irá escalando hacia los niveles más elevados de la montaña sagrada. Llegará al más elevado -principal- cuando el hombre se hace mayor, es respetado en su comunidad y ha pasado por toda la jerarquía político-religiosa. También llegará si pasado los años ha cobrado fama como curandero.
Los animales guardianes de la gente más destacada reciben la denominación de totil me'iletik (padres y madres) y se consideran los dioses de su linaje paterno. También son conocidos como petometik (cargadores) y kuchometik (abrazadores). Esos espíritus guardianes habitan en cada nivel de la montaña sagrada, siendo los de los más altos niveles los más importantes. Son los responsables del aprovisionamiento de alimentos para los que están a su cargo. Como todos los dioses mayas son dualísticos, confabulados con el diablo pueden bajar y dañar a los miembros de los niveles inferiores de la ch'iebal, si son benévolos tienen grandes favores que otorgar.
La figura 3 ilustra la relación entre la estructura social de la sociedad tzotzil y el mundo proyectado de los animales guardianes:
Los ídolos de "Monte Virgen"
En 1960, en el municipio de Chalchihuitán, a unos 25 km. de San Andrés Larráinzar, Tugrul Uke un fotógrafo estadounidense subió a la montaña denominada "Monte Virgen" con la ayuda de guías indígenas; en una cueva poco profunda ubicada cerca de la cima fotografió los ídolos que contenía el lugar antes de saquearlo y repartir el contenido con sus compañeros.
Es probable que el "Monte Virgen" haya sido una ch'iebal (montaña sagrada) en la historia reciente, los ídolos son de manufactura post-hispánica como lo comprueban los cortes de machete.
Los ídolos de madera pueden haber representado los trece petometik y kuchometik, las deidades de linaje cuyos nombres invoca el curandero en sus sanaciones.
De acuerdo con Uke y otros informadores que han subido al monte hay considerables fundamentos para pensar que alguna vez fue cementerio. Habría sido utilizado para los miembros más importantes del linaje, especialmente aquellos ancianos cuyos animales guardianes habían alcanzado ya el nivel decimotercera de la ch'iebal. La selección de este lugar para el entierro de la gente importante hizo posible a sus espíritus el ascender dentro de los cielos y con el tiempo tomar su lugar en el más alto nivel.
1 Relaciones entre la religión Tzotzil contemporánea y la Maya antigua. Anales del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Num. 42 Tomo XIII (1960) Sexta Época (1939-1966)
William R. Holland
(EE. UU., 1928 -1964)
Nació en 1928 en Buffalo, Nueva York. Se graduó en 1950 en psicología en la Universidad de Buffalo. Se inscribió como estudiante de posgrado en la Universidad de Arizona.
Durante 6 años realizó trabajos de campo en las tierras altas de Chiapas investigando la supervivencia de los conceptos cosmológicos y religiosos de los antiguos mayas entre los habitantes de habla tzotzil.
Falleció repentinamente de un ataque cardíaco mientras realizaba observaciones en las ruinas de Copán, Honduras.