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San Bartolo: Los murales mayas más antiguos
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San Bartolo fue una pequeña ciudad -4km2- ubicada en el norte del Petén guatemalteco, al noreste de Tikal, muy cercana -8 km- a Xultún. En marzo de 2011 el arqueólogo estadounidense William Saturno, descubrió accidentalmente los murales, los más antiguos -100 a. C.- encontrados hasta ahora en el Mundo Maya. Los ubicó en la cámara de la Pirámide de las Pinturas, que había quedado sepultada por otra pirámide de mayor tamaño construida sobre ella para dedicarla a un nuevo gobernante.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() El haber sido utilizado como cimiento para una construcción mayor, hizo que se perdieran imágenes, se han podido reconstruir las escenas del muro oeste y el norte. Las pinturas fueron realizadas sobre varias capas de estuco; los artistas primero hicieron el trazado, luego lo delinearon y finalmente colorearon en negro, amarillo, rojo y blanco. |
La arqueóloga Heather Hurst ha realizado una minuciosa reproducción que ofrecemos a continuación, junto a una breve interpretación.
Muro Oeste
En sus trece metros de largo, hace un relato del nacimiento del cosmos maya y la coronación de un gobernante. En la primera sección, se muestran cinco deidades, cada una delante de los árboles, que irían conformando el orden en el mundo. Comenzando por la izquierda cuatro dioses se perforan el pene, derramando sangre de sacrificio ante una ofrenda. El primero ofrece un pescado, que representa el mundo subacuático; el segundo, un ciervo que simboliza a la tierra; el tercero, un pavo que representa al cielo. La cuarta deidad entrega flores aromáticas, el sustento de los dioses en un paraíso florido donde el sol renace a diario. Posada en cada árbol sagrado, la gran deidad ave supervisa los sacrificios de los dioses. El quinto dios -representación deteriorada- se trataría del Dios del Maíz, una de las principales deidades de los mayas, a quien se relacionaba con el centro del universo.
Los dioses lograron en una escala cósmica lo que los reyes en la vida real, del mismo modo que los dioses organizaron el cosmos, los reyes organizaron las ciudades, las construcciones y los campos: con cuatro lados, como el cosmos.
La segunda sección de la pared oeste probablemente celebra el ascenso de un rey al trono. La narrativa muestra al Dios del Maíz coronándose a si mismo como un gobernante divino, La representación de su vida, muerte, renacimiento coincide con el ciclo agrícola.
Posteriormente, el derecho a gobernar se transmitía por línea paterna, pero este rey, al mostrarse a si mismo en compañía divina. quizás estuviese afirmando que, en su caso, ese derecho provenía de los mismos dioses.
En el cuadro de siguiente, sobre el esquema del Muro Oeste, podés apreciar en detalle esta magnifica expresión artística; más abajo podrás hacerlo con el Muro Norte donde hacemos una pequeña descripción.
Muro Norte
Hay dos escenas principales. En la de la izquierda cinco infantes -todavía con sus cordones umbilicales- nacen de una calabaza, y un quinto emerge en un baño de sangre -probablemente el Dios del maíz-; la figura más grande es una deidad que observa las escena. En la otra escena que ocupa el mayor espacio, se identifica la Montaña de la Flor, desde ella se extiende hasta el final de la representación una serpiente que sirve como "nivel terrestre" para los ocho personajes que se representan sobre ella; el Dios del Maíz -vestido totalmente de rojo- recibe las ofrendas. |
![]() Arqueólogo y mayista norteamericano. En marzo de 2001, en el marco de una expedición patrocinada por el Museo Peabody de Arqueología y Etnología de la Universidad de Harvard, descubrió los murales. Desde entonces dirige el proyecto arqueológico de San Bartolo para el Instituto de Antropología e Historia de Guatemala |
![]() Arqueóloga y antropóloga norteamericana. Obtuvo el doctorado de antropología en la Universidad de Yale. Ilustró sitios arqueológicos de Honduras, Guatemala y México. Sus trabajos se han exhibido en el Museo Peabody de Historia Natural y la Galería Nacional de Arte y fueron publicados en National Geographic y Arqueología Mexicana. |
Fuentes:
Revista National Geographic, abril 2002 y enero 2006.