Pedro Sarmiento de Gamboa

Biografías. Pueblos Originarios de América
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FlPedro Sarmiento de Gamboa

España

1532 - 1592

Nació en España (según algunos autores en Alcalá de Henares, según otros en Pontevedra) alrededor de 1532. Hijo de Bartolomé Sarmiento y de María de Gamboa, dedicó sus primeros años al estudio de la Matemática, Astronomía y Latín.

Su presencia en el Nuevo Mundo se vincula al virreinato de Nueva España, y en concreto a la ciudad de Puebla de los Ángeles, alrededor de 1555. En ese tiempo había llegado a América junto al franciscano Martín Sarmiento de Hojacastro, posteriormente obispo de Puebla-Tlaxcala. Algunos problemas con la justicia le hicieron huir hacia 1557 a Guatemala y, posteriormente, al Perú. En 1564 fue detenido en Lima por orden del alto tribunal y acusado de poseer anillos mágicos y otros conjuros como criado del conde de Nieva, virrey que murió asesinado en extrañas circunstancias en ese mismo año.

A partir de 1567 se abre el período más conocido de la vida de Sarmiento de Gamboa: en primer lugar su participación en el viaje a las islas Salomón, enviado por Álvaro de Mendaña (1567-1569). Luego aparecen sus múltiples vinculaciones con el virrey Francisco de Toledo, quien desempeñó una gran actividad como reorganizador de la vida indígena al someterla a las normas hispánicas.

MapaEn estos mismos años es cuando Sarmiento escribe su "Historia de los Incas", que se enmarcaba dentro de un ambicioso proyecto de Historia General del Perú encargado por el propio virrey y que debía ir precedido de una descripción geográfica y continuado por una historia de los españoles.

Pronto se embarcaría en una terrible empresa. El inglés Sir Francis Drake, circunnavega el mundo entre 1577 y 1579, pirateando a su paso, con el oculto auspicio de la corona inglesa. Ante el temor de nuevas incursiones, las autoridades españolas, piensan en fortificar el Estrecho de Magallanes, para impedir un nuevo paso. Sarmiento de Gamboa es designado para la misión.

Sale de El Callao el 4 de octubre de 1579 con dos naves. En 1580 llega al estrecho, lo cruza con dificultades por las tormentas y falta de provisiones, que hacen desertar una de las naves. Sigue en la capitana "San Francisco " hacia España, convencido que se puede asegurar la región; con los tripulantes casi sin comer ni beber; llega a las islas del Cabo Verde en tan malas condiciones, que escribe: "todo el pueblo fue a verlos y no acababan de hacerse espantos y milagros".

En agosto está en España. Felipe II lo recibe en Badajoz y aprueba su proyecto de fortificar el estrecho. Solamente que mandará la expedición al mando de Diego Flores de Valdés, Gamboa irá de "Gobernador del estrecho de Magallanes”.

Es una empresa formidable a la vez colonizadora militar: veintitrés naves con soldados, artesanos, agricultores, mujeres y niños para fundar dos ciudades perfectamente artilladas.

El día antes de la llegada triunfal de Drake a Inglaterra, luego de dar la vuelta al mundo, el 25 de setiembre de 1581, salen de San Lúcar de Barrameda, con mala suerte, pues un destino fatal señala el periplo: una tempestad las toma a la salida del puerto, tan violenta que naufragan cinco naves y mueren ochocientas personas. Deben volver a Cádiz.

Mapa del extremo sur de América que muestra la Patagonia, el Estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego. Publicado por Levinus Hulsius en Alemania (1606).

La fortaleza que se muestra en el centro del mapa ( "Filipópolis Iam P. Famin.") se trata de "Rey Don Felipe", asentamiento que en marzo de 1584 fundara Sarmiento de Gamboa con 300 colonos, cuando Thomas Cavendish llega en 1587 encontró solamente las ruinas, los colonos murieron de hambre y frío, lo renombró Port Famine ("Puerto de Hambre").

Salen nuevamente el 9 de diciembre en el cruce más deplorable hecho hasta entonces del Atlántico: la peste se declara mueren ciento cincuenta y uno; otros doscientos morirán en Río de Janeiro donde arriban el 24 de marzo. Sólo la energía de Sarmiento de Gamboa los hace seguir adelante. El 1º de noviembre las maltrechas naves ponen proa al sur. A la altura del Río de la Plata una de ellas hace agua y se hunde por la noche con sus trescientos cincuenta tripulantes que no pueden ser auxiliados. Impresionado, Flores Valdés ordena la vuelta a Brasil: otra nave se pierde a la altura del puerto Don Rodrigo, otra más es cañoneada por el pirata inglés Fenton y se hunde cerca de Río de Janeiro.

Quedan todavía nueve buques, y con ellos Gamboa arrastra a Valdés. El 7 de enero de 1583 salen de Santa Catalina: apenas en alta mar se pierde otra nave, y al llegar al Río de la Plata, tres carabelas, con Alonso de Sotomayor, que será gobernador de Chile, resuelven cambiar rumbo y se van a Buenos Aires, que Garay acaba de fundar.

Sarmiento de Gamboa, dejó los manuscritos de "Viaje al Estrecho de Magallanes", donde además de relatar la travesía, describe la geografía de la región, en la obra publicada en Madrid en 1768, hay 3 láminas que reproducimos, las que podés ampliar.

Con cinco buques llegan al estrecho el 1º de febrero de 1583 a los dos años de haber salido de España veintitrés navíos. Flores Valdés no acierta la entrada pues la estación no es propicia, y cansado y desmoralizado, ordena el regreso definitivo.

Vuelven a Río de Janeiro. Allí se les unen cuatro carabelas mandadas de España con socorros para las colonias que se creen ya fundadas; ante ese refuerzo, Gamboa va a seguir solo la aventura, Valdés ya no tiene ánimos. Se separan: Valdés volverá a España con tres naves, y Gamboa irá al estrecho con seis y quinientas treinta y ocho personas, entre ellas las mujeres y los niños. Va esta gente "postrada de ánimo y espantada" comenta él mismo, pero el jefe tiene "determinación de morir o hacer a lo que vino, a no volver a España ni adonde lo viesen, jamás".

En diciembre de 1583, zarpa de Río de Janeiro lo que queda de la flota de Gamboa: las naves “Santa María de Castro”, “Santa Catalina”, “Trinidad”, “Magdalena” y “María de Villaviciosa”. Esta última naufraga sin llegar al estrecho.

En febrero de 1584, al fin Pedro Sarmiento de Gamboa emboca el estrecho. El día 4 desembarcan en la segunda angostura: el gobernador, Andrés de Viedma, Pedro Iñíguez, los frailes Gerónimo de Montoya y Antonio Rodríguez, 116 soldados, 48 marineros, 58 colonos, 27 obreros, 13 mujeres y 10 niños. Excepto la “Santa María de Castro”, las naves son alejadas por una tormenta y conducidas de regreso a España por Diego de la Ribera.

El 11 de febrero Gamboa, preside la ceremonia fundacional del pueblo “Nombre de Jesús”, cerca de cabo Vírgenes y Punta Dungeness. El 25 de marzo hace lo propio con el pueblo “Rey Don Felipe” ubicado al sud oeste, en la bahía San Blas (donde siglos después sería fundado Fuerte Bulnes), cerca de la actual Punta Arenas.

La férrea voluntad del gobernador mantiene ambas colonias. Hay tentativas de sublevación, concluidas con degüellos; después llegarán días mejores, en que el mar parece apacible. Pero tras el benigno otoño sobreviene el invierno austral duro cruel: nieva quince días seguidos, hay enfermos y muertos, pero nada quiebra a Gamboa. Con la Santa María va y viene entre ambas poblaciones acarreando armas, cañones y alimentos.

El 26 de mayo está embarcado junto a Nombre de Jesús cuando estalla la tormenta en la forma repentina que ocurre en esa latitud; es "la mayor de mar y viento que en esta Jornada se ha visto”, el huracán y la corriente arrastran al buque al cabo Vírgenes y después lo arrojan al Atlántico. Son inútiles los esfuerzos de Gamboa para detenerlo. Ya no podrá entrar al estrecho, porque ha acabado la época propicia: queda un mes intentándolo; los hombres "van comiéndose los gatos hasta los cueros de las bombas”.

Derrotado, debe finalmente tomar rumbo al norte y recala en Santos el 29 de junio; el 7 de julio está en Río de Janeiro a buscar provisiones para volver al sur. De allí despacha un buque al estrecho, que naufragará; luego va a Pernambuco en busca de socorros pues Río de Janeiro no los ofrece; otra tempestad destroza la Santa María contra las rocas de la costa, pero el gobernador consigue hacerse de un batel de cincuenta toneles con el que trata de navegar hasta su gobernación. Otra "espantable tormenta" arroja a los tripulantes a Río de Janeiro "desnudos, descalzos el navío hecho en piezas"; los marineros se amotinan por que no quieren volver al sur, y Gamboa debe imponerse espada en mano matando a uno e hiriendo a varios. No tiene barco, pero algo proveerá Dios.

A todo esto han pasado el invierno, la primavera y el verano, y no posible volver en otoño a las regiones australes. Manda pedir refuerzos a España, pero nada llega de allí; irá él mismo a la Corte a ocuparse personalmente de salvar a los colonos, de los que nada sabe. Parte de Brasil en junio, para caer en manos de Walter Raleigh que anda pirateando por las islas Terceras: es llevado a Inglaterra y a Felipe II le cuesta gestionar su rescate. Finalmente lo consigue y Gamboa va hacia España atravesando Francia; cae en poder de los hugonotes pasa tres años y ocho meses en un calabozo húmedo. Tras muchas gestiones el rey consigue rescatarlo por seis mil ducados y cuatro buenos caballos, y lo hace llegar a España: Gamboa llega en parihuelas porque el calabozo lo ha dejado paralítico.

No importa. En parihuelas ambula por la Corte en procura de una ayuda a sus colonos. Nada consigue: ¿quién se va a acordar de la "gobernación del estrecho" ante las apremiantes necesidades de la guerra en Europa....? Después de 1591 (fecha de su último Memorial para que "Su Majestad se acuerde de sus tan leales y constantes vasallos que por servir a V.M. se han quedado en regiones tan remotas y espantables") se pierden sus rastros.

La suerte corrida por los habitantes de Rey Don Felipe y Nombre de Jesús sólo se conoce gracias al testimonio de Tomé Hernández, quien fue rescatado por el corsario inglés Thomás Cavendish, en enero de 1587. Según el sobreviviente, las provisiones se agotaron a mediados de 1584 y durante dos años pudieron mantenerse gracias a la recolección de mariscos.

En 1585, quedaban sólo 50 pobladores en Nombre de Jesús y a la llegada de Cavendish, Hernández fue el único que aceptó ser rescatado. En la colonia Rey Don Felipe, el corsario inglés no encontró más que cadáveres, lo llamó "Puerto del Hambre".

La cruel ironía de la historia de Gamboa es que Drake jamás volvió al estrecho de Magallanes, ni a las costas pacíficas sudamericanas.

Como cartógrafo, señaló la situación de Australia, a la que llamó la Tierra Grande del Sur. Tampoco se equivocó al determinar las corrientes del Pacífico austral. Tuvo una visión de América en su conjunto y planeó su defensa.

Su cadáver está sepultado en San Lucar de Barrameda en la iglesia del Santuario de Nuestra Señora de la Caridad.

Datos astronómicos

En la expedición para poblar las tierras descubiertas por Magallanes, hace descripciones de los cielos australes y los fenómenos que en ellos detecta.

En la travesía a través del Estrecho, investigó las posibles salidas del paso, la desembocadura en el Atlántico y la ruta hacia España, cruzando en diagonal el océano. En esta última fase resolvió el problema del cálculo de la longitud, sirviéndose de la distancia angular de Sol a Luna, método que parece ser, fue el primer marino en emplear.

Localizó en el cielo austral dos estrellas polares de "muy Pequeña circunferencia", el polo sur celeste, lo describe como muy oscuro. Los llamados luceros de Sarmiento, de muy secundaria magnitud, fueron observados por éste mediante procedimientos muy rústicos, ya que no contaba con telescopio o artilugio que se le semejara para hacer exactas mediciones.

El rigor científico con el que escribe Pedro Sarmiento de Gamboa, es digno de destacar, hombre versado, curioso y detallista. En el libro de bitácora anota algo peculiar, relatado en forma totalmente desprovista de todo aquello que no sea rigurosamente científico:

"Esta noche vimos un arco que llaman los filósofos Iris blanco, en contraposición de la luna que se iba a poner y de la reciprocidad de sus rayos, que por antiperístasis herían en las nubes opuestas"

Añadiendo:

"Cosa es tan rara que ni la he visto otra vez, ni oído ni leído que otra persona la baya visto tal como éste, sino en la relación de Alberico Vespucio, que dice en el año de 1501 haber visto otro como éste".

Sus conocimientos astronómicos le trajeron problemas con la Inquisición, fue acusado, detenido y procesado, al afirmar que cuando en la ciudad de Lima eran las doce del día, en España era ya de noche, proposición que fue considerada una herejía.